Los tratamientos comunes o tradicionales para el acné utilizan antibióticos, antiinflamatorios, limpiezas faciales, peelings y otros más. Esto puede mejorar, pero nunca se va a eliminar el acné mientras las defensas del organismo no sean lo suficiente para poder expulsar el germen de la piel.
Sin embargo, una de las mejores técnicas y que es muy fácil de llevar es la Criocirugía.
La criocirugía es un tratamiento que utiliza el nitrógeno líquido en spray. Son sesiones que se realizan con unas botellitas que tienen el nitrógeno líquido dentro, que suele ser muy frío. Con esto conseguimos congelaciones superficiales de la piel y eso cambia el medio ambiente en la piel para el germen, que está acostumbrado a vivir a 37 grados centígrados, que es nuestra temperatura corporal, y con estas congelaciones la temperatura de la piel baja.
¿Qué pasa cuando el nitrógeno entra en contacto con la piel?
Entonces el germen se desestabiliza, se siente agredido por el frío y como mecanismo compensatorio después del frío viene una gran vasodilatación, aumenta la cantidad de sangre de bajo y con eso llegan todas las defensas a la piel. El germen es atacado, es expulsado de la piel y con eso obtenemos la mejoría.
La criocirugía se pueden hacer 6 sesiones o más sesiones, eso va a depender del grado de afección de la piel, del tiempo que tenga el acné y también de la frecuencia con que se hagan estas sesiones, las cuales pueden realizarse dos o 3 veces por semana.
Este tratamiento también se complementa con cremas, ya sean antibióticos, con vitaminas o exfoliantes.
Hay que hacer todo lo posible para erradicar esta afección con todas las armas que tengamos a la mano. Dietas, cremas, limpiezas, etc.